
Mis viajes afortunados a la hermosa ciudad de Puno comenzaron desde muy joven, primero perteneciendo al elenco de danza del Club Departamental Puno, en el cual estuve cerca de 20 años y del cual guardo valiosos recuerdos, luego con la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y finalmente dirigiendo el elenco de Danza de Brisas del Titicaca. Estas incursiones me llevaron a plantear el trabajo escénico inspirado en la Isla de Taquile.
En el último viaje busqué estar en la isla el día adecuado, donde se suponía que vería una buena parte del folklore de Taquile. Esperé en la plaza central con algunos curiosos ha que algo sucediera, pero fue en vano ¿Me había equivocado de día? ¿Mis informantes fallaron? ¿Yo fallé? Tantas preguntas asaltaron mi mente, la plaza en silencio, el lago cómplice de este, y a lo lejos la cordillera fría brillaba mucho en el atardecer del sol que cubría la plaza. Cuando estaba en estas contemplaciones, de las cuatro esquinas de la plaza, con sonidos de sikus y pinkullos, las danzas comenzaron a aparecer, todas realizando un desplazamiento circular posesionándose del centro de la distribución espacial, de los dioses tutelares de la isla; todo llego a un clímax en la plaza, era frenético, intenso, cinco danzas distintas iban apareciendo y desapareciendo, hasta que así como llegaron sorpresivamente, paulatinamente se fueron, y con ellas el sol, entonces la sombra cubrió inmediatamente toda la Plaza. Lo que vi ese día era lo más hermoso que una cultura tradicional me regalaba, solo me quedaba la contemplación de este momento mágico, ahora entiendo al señor Huata (ex Varoy) cuando me decía “cuando veas el arcoíris no digas nada solo cierra la boca y mira.” Composición Coreográfica inspirada en la Isla de Taquile
Si fuera tan sencillo decir que componer es dar forma a un conjunto de elementos, sensaciones o si componer se redujera a un conjugar de técnicas alcanzando un grado de dominio el trabajo artístico, componer seria meramente mecánico.
Citando a Platón quién refiere que no es el dominio de la métrica lo que hace un buen poema sino la «posesión» de las musas, un estado de «demencia» transitoria claro está.
Componer entraña un dominio de los materiales escénicos artísticos, que nos conducen hacia una “unidad creativa”. Mencionare algunas preguntas que todo creador debe formularse: ¿Qué es lo que quiero decir con todo esto? Y ¿Cómo lo quiero decir?
LA FAJA CALENDARIO
Punto de partida para la creación del guión escénico.
Después de haber observado las danzas, los rituales la vida diaria del poblador, después de haber leído, de haber hecho pruebas e intentos escénicos, coreográficos diversos con los danzantes, el preguión estaba casi listo, este era la famosa Faja Calendario.
¿Qué es la faja calendario? Es un cinturón ancho bordado con diversas simbologías que se teje por el revés, estos narran los acontecimientos ocurridos a una familia durante una campaña agrícola (narra la historia de una familia en su año).
La Faja Calendario simbología
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- Tiempo representado: mes de noviembre.
- Ideograma: Chaska y banderas.
- Significado: “ya hemos renovado a las autoridades, este es el mes para suplicar por la lluvia”.
- Proceso compositivo (descripción de la escena pedir que venga la lluvia): El ritual en este mes consiste en que si no llovía se colocasen 12 a 24 ranitas negras recogidas de la orilla del lago en una olla de barro con agua y comida en las zonas sagradas de la isla ellas llaman rápido a la lluvia. Así también de la lectura de Cecilia Granadino, y de los relatos que me hizo el señor Huata (ex Varoy), extraje la imagen poética de que muchas veces en las noches a las mujeres de Taquile se les ha confundido con las ranas gigantes que suelen aparecerse.
Danza los Negritos para pedir por la lluvia:
Es una danza que según la tradición dice que apreciando la forma y la calidad de la danza de la pareja, y de la música que la anima, se puede predecir cómo serán las próximas cosechas y del devenir de la comunidad para el año en curso. Estos negritos asociados a los periodos de rito para llamar a la lluvia, se les denomina los «cargados de lluvia” lo cual sirvió para este proceso compositivo.
Escribe: Luz Gutiérrez Privat
Fuente: Revista Brisas