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Las Alasitas

Por: Frida Rodas.

El dios Tonupa andaba encorvado,

rozando su prominente nariz aguileña

con su pecho de piedra tiwanaku.

—Janiw umatjark’asiñakiti ukjam
jark’asipanx umaw apasir siwa —decía.

Y era cierto que de tontos es

atajar el agua,  porque el agua misma

en ese intento  nos puede jalar un día.

alasitas-teranEn mayo, Puno se cubre con un chuco de magia, de cuyos bordes penden illas, llallawas e ispallas. Si de tradiciones se trata, esta es, indudablemente, una de las más hermosas y enigmáticas que existe.

Si bien es cierto que no se puede determinar categóricamente el significado del término “alasita”, algunos afirman que quiere decir “cómprame” (imperativo derivado de la palabra aymara “alathaña”), otros le atribuyen el significado de “intercámbiame” (derivación del verbo aymara chhalaqasiña y otros más deducen que proviene de la festividad incaica “Alaui Situa”. Tal incertidumbre semántica se debe a que esta celebración, como muchas otras ancestrales, trataron de ser extinguidas, superpuestas o ignoradas por los colonizadores y, de este modo, el verdadero significado puede haberse quedado oculto tras alguna piedra o recodo del camino.

La Fiesta de las Alasitas y la Cruz de Mayo confluyen un día como hoy, 3 de mayo. La primera constituye el legado de nuestros antepasados aymaras y collas, la segunda, representa la fe católica. Las albas inician las celebraciones con juegos artificiales que son lanzados al firmamento desde los cerros Machallata y Calvario Azoguine, luego se procede a celebrar misa en el santuario de la Virgen de la Candelaria y le sigue la procesión que conduce a los fieles hacia la Capilla de la Cruz de Bellavista.

Después de ser venerado el Cristo de la Cruz, todos nos dirigimos a la Feria de las Alasitas, según dicta el legado cultural que hemos heredado de nuestros antepasados. En un enorme recinto, numerosos comerciantes exponen exactas miniaturas, minuciosamente elaboradas por artesanos puneños. Podemos encontrar víveres: leche Gloria, saquitos de arroz, fideos, detergentes, fósforos, jabón Bolívar, etc. electrodomésticos, ladrillos, departamentos, casas de dos pisos, con terrazas, balcones, hasta con piscina, conjuntos habitacionales, autos del año, camiones, volquetes, buses, lampas, carretillas, cajas de cerveza, gaseosas, pasaportes, títulos profesionales, de propiedad, fajos de billetes, dólares, yenes, libras esterlinas. Todo en miniatura.

Los que quieren tener familia, compran baberitos, ropones o certificados de nacimiento, los que desean manejar auto, adquieren brevetes. Quienes anhelan casarse, pueden comprarse un pequeño partecito matrimonial, al que solo hay que incluir los nombres del novio y la novia, con lapicero de tinta color oro viejo, para luego hacer ch’allar por el yatiri, previa unción con hojas de coca, aguardiente y picapica, con la finalidad de que la unión surta efecto. Si lo sabré yo.

El objetivo es mágico, pues según la tradición, todo lo que uno anhela puede ser comprado en esta feria y se hará realidad, basta que uno lo desee fervientemente, pero ojo, hay que comprarlo al mediodía, mejor si se hace ch’allar. Pagando de este modo a la Pachamama, sin duda al año siguiente podremos disfrutar de nuestros sueños.

ekeko-de-la-abundancia¿Quién no conoce al Ekeko?, por lo menos peruanos, bolivianos, chilenos y argentinos lo hemos dejado pasar alguna vez a nuestras casas, a nuestras mentes, hemos observado de cerca sus cargamentos, su barriga prominente, sus rasgos occidentales que corresponden extrañamente a sus atavíos andinos, la forma cómo se fuma cajetillas de cajetillas sin ningún reparo, su risa franca y abierta. Bueno pues, el Ekeko es el personaje central de Las Alasitas y representa abundancia, fecundidad y felicidad.

¿Qué cargas Ikiku con alegría?
nuestros anhelos quizás al hombro
en alforjas que te han puesto un día
como sierpes de papel en sinfonía.

¿Qué risas son esas que elevas Ikiku?
finos bigotes negrísimos hacia el cielo
hondura que rellenaré con cigarros
humareda humeante de cada viernes.

¿Qué brazos abiertos los tuyos Ikiku?
al quirquincho seguro quieres atrapar
cobijarás en tu regazo mis ilusiones
para convertirlas luego en pasiones.

¿Qué piensas Ikiku, que te voy a comprar?
no gastaré un centavo ni en tu chullo,
te me van a regalar un día o te robaré
pero no te voy a adquirir, eso no,
porque los sueños no tienen precio.

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