
Al Señor Martín Ticona Alcalde de la ciudad de Puno
La presente es en referencia a la remodelación de la plaza de armas de nuestra ciudad, propósito suyo que en estos días se ha difundido y que es de interés de los puneños que residen física o espiritualmente en la ciudad y en la región, y que es derecho consustancial de pertenencia de las personas: la identidad del lugar donde ha nacido o se han criado.
Al respecto, bueno es precisar los siguientes aspectos, al mismo tiempo que alcanzarle algunas sugerencias, respetuosamente:
1. La Plaza de Armas pertenece al entorno arquitectónico de la Catedral de Puno, y no al revés: la Catedral no es pertenencia del espacio arquitectónico de la Plaza de armas. O en un caso ecléctico: se pertenecen. Esto, para entender cabalmente lo que algunos arquitectos no entiende y consideran que la Catedral es un adorno de la plaza de armas, y que por lo tanto pueden hacer lo que mejor les venga en gana. La Catedral, señor alcalde, es un monumento barroco construido en más de tres siglos, con el aporte de devotos y personas honradas y el esfuerzo de alarifes puneños y foráneos. Frente a la catedral fusilaron a San Román, héroe de la independencia y padre de Miguel, “el Cholo San Román” uno de los dos únicos presidentes puneños que ha tenido el Perú, hijo de ricos mineros asturianos que contribuyeron a su construcción. Por algo el nombre de San Román figura en la letra del Himno a Puno.
En los años sesenta, a iniciativa y participación activa de un regidor, un importante zapatero de la ciudad que hizo de arquitecto, se rompió el equilibro topográfico de la plaza con el monumento arquitectónico, equilibrio posible de observar en las bellas foto de inicios de siglo; pasados unos años, desde entonces se rumorea la restitución a su construcción primigenia. Es obvio que los arquitectos hispanos construyeron la Plaza en función a la catedral. La Plaza es una especie de espejo de la Catedral. Los planos pétreos que rodean a la catedral muestran esa concepción topográfica renacentista, donde los estudiantes de arquitectura podrían tomar muchas lecciones.
2. Se suele hablar de la historia de la Catedral a partir de la colonia, del tempo de Nuestra Señora de la Concepción, construida por el párroco Silvestre de Valdés, luego de la atroz masacre perpetrada por el virrey Conde de Lemos, en 1668; ahora se sabe fehacientemente, que el lugar donde se trasladó el pueblo San Luis de Alba, Supay Cancha, era un viejo poblado prehispánico. De modo que los españoles escogieron un lugar ecológico apropiado, pero sagrado, para la construcción y sustitución con el templo construido por el cura Silvestre Valdés, sobre una Waca ya existente, la waca ofrecida a Supay Cancha y al Lago. Como lo sugiere, en su apostura, la pintura del extraordinario pintor Vinatea Reynoso. Al respecto no se ha hecho una prospección arqueológica debajo ni en los contornos de la catedral. De todos modos, es un espacio sagrado que debe ser tratado con el mayor respeto posible.
3. La fundamentación histórica, en el expediente que maneja el Municipio, es sumamente constreñida, pobre, y requiere de un estudio profundo, rápido y profundo, dadas las circunstancias. En Puno existen más de dos historiadores profesionales, que deberían revisar ese expediente. La historia en manos de los aficionados es contraproducente, un peligro. Par evitar comentarios equivocados, en aras de la transparencia, el Municipio debía publicar el proyecto, para ser visto en las redes.
4. La desordenada expansión urbana y la saturación vehicular, con la carencia de estacionamientos, debería contemplarse para ser aprovechada en un proyecto de largo aliento dentro de esta “remodelación” o “recuperación de la Plaza de armas”, habría que considerar más apropiadamente el término de restauración o restitución; pero con parámetros prácticos y contemporáneos. Podrías usted construir un estacionamiento debajo de la plaza, con salidas a tres o cuatro cuadras; los trabajos de largo aliento al comienzo molestan al usuario pero al final, a mediano plazo, dan comodidad a muchos miles más que a los descontentos iniciales. De esta manera de podría dar solución al problema del tránsito, ya mencionado.
5. La maqueta que se publica deja mucho que desear. Minimiza a la Catedral. Y el costo es inexplicable. Sería bueno que les diga a la comisión encargada, que cuatro o dos millones de soles por ese engendro, es un asalto, un robo, cuyas consecuencias a la postre podrían perjudicar penalmente a usted en persona, concluida su gestión. Este es el momento de curar en salud. Que no se repita lo que hace más de sesenta años sucedió con el zapatero que hizo de arquitecto.
Todo mi deseo es el desarrollo de nuestra amada ciudad, al mismo tiempo que desearle una gestión exitosa.
Atentamente