Historias

Los Músicos y el Encanto Nocturno

Una Aventura Embriagadora que Desafía los Límites del Tiempo

Había una vez una banda de músicos contratada para animar una fiesta de matrimonio llamada «Casarasiri». A medida que la noche avanzaba, los músicos se dejaron llevar por la cerveza y se embriagaron, dejando de lado su responsabilidad. A pesar de su estado, el anfitrión de la fiesta seguía proporcionándoles cerveza para mantenerlos tocando. Fue casi a medianoche cuando decidieron finalmente partir, aún tocando y disfrutando de su embriaguez mientras se adentraban en la oscuridad de la pampa.

En medio de su enérgico y desordenado viaje, los músicos se encontraron con un hombre que parecía irradiar una luz que convertía la noche en día. Este misterioso personaje les ofreció pagarles generosamente a cambio de su música y les propuso otro contrato. Sorprendidos y emocionados, los músicos aceptaron y se dejaron llevar por el hombre, caminando por calles desconocidas y enigmáticas de una ciudad que parecía surgir de la nada.

Sin embargo, mientras seguían a su guía, uno de los músicos sintió la necesidad de aliviarse y se detuvo para orinar.

El resto de la banda, sin percatarse de su ausencia, continuó caminando y entró por una imponente puerta que se cerró detrás de ellos. El músico rezagado, al darse cuenta de lo ocurrido, intentó desesperadamente tocar la puerta, pero nadie le abrió. Desanimado, decidió seguir adelante por su cuenta, mientras escuchaba la música de sus compañeros resonando en la distancia.

Llegó a su casa en la madrugada, donde las esposas de los otros músicos lo recibieron con ansiedad, preguntando por el paradero de sus seres queridos. Aún confundido por el alcohol, el músico les respondió que habían sido contratados para tocar en otro lugar y que habían partido en esa dirección. Intrigados y preocupados, los familiares decidieron seguir las indicaciones del músico y se dirigieron hacia el misterioso lugar.

Guiados por sus esperanzas y temores, llegaron a un cerro que el músico señaló como el destino final. Sin embargo, en lugar de encontrar la majestuosa puerta dorada que había descrito, solo encontraron un paisaje de rocas y silencio. La música de la banda ya no resonaba en sus oídos y solo quedaba la sensación de desilusión y desconcierto.

La historia se difundió entre la gente de la región, y surgió la creencia de que contratar una banda de músicos después de la medianoche podría llevar a un encuentro con el encanto. Se decía que aquellos músicos que cayeran bajo su influencia estarían condenados a desvanecerse en la oscuridad, perdidos en una melodía eterna y sin final.

Desde entonces, se ha transmitido la advertencia de que los músicos deben abandonar los eventos antes de la medianoche, para evitar el riesgo de ser arrastrados por el encanto y perderse en un mundo desconocido y lleno de misterio.

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