En las alturas de la provincia de Candarave, región Tacna, se encuentra la misteriosa laguna de Aricota, un cuerpo de agua rodeado de un paisaje fascinante que ha sido testigo de innumerables historias y leyendas a lo largo del tiempo.
Una de las leyendas más populares transmitidas de generación en generación sugiere que bajo las aguas tranquilas de esta laguna yace una ciudad perdida. Según cuenta la tradición oral, mucho antes de que la laguna existiera, el lugar albergaba un próspero pueblo cuyo destino cambió de forma drástica en una sola noche.
Durante una fastuosa celebración de matrimonio que reunía a toda la comunidad en una festividad llena de alegría y esplendor, un anciano harapiento irrumpió en la escena en búsqueda de amparo y sustento. A pesar de la generosidad de los novios, quienes ordenaron que se le atendiera como a cualquier otro huésped, la desconsideración de la madrina hacia el anciano desencadenó una serie de eventos que transformaron el destino de la comunidad.
El anciano profirió una advertencia escalofriante: predijo un cataclismo que transformaría el próspero pueblo en una vasta extensión de agua. Aconsejó a los novios que huyeran en direcciones opuestas, sin mirar atrás, para salvar sus vidas. Sin embargo, la desobediencia a esta advertencia tuvo un precio terrible: la pareja quedó petrificada, convertida en roca para toda la eternidad.
Hoy en día, las rocas que se alzan en los cerros circundantes, como el cerro Chuviraco y el cerro Huarmeake, son consideradas testigos mudos de aquel fatídico acontecimiento. La leyenda de la laguna de Aricota en Tacna perdura en la memoria colectiva de la provincia de Candarave, recordándonos que incluso en los lugares más idílicos, el destino puede cambiar en un instante.
Este misterioso relato ha capturado la imaginación de locales y visitantes, alimentando la curiosidad sobre lo que yace bajo las tranquilas aguas de la laguna de Aricota. La búsqueda de la verdad detrás de esta leyenda continúa, con arqueólogos y entusiastas de la historia explorando las profundidades de la laguna en busca de evidencia de una posible ciudad perdida.
Con la información del diario La República
