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Alasitas, patrimonio cultural

Con la publicación de la Resolución Viceministerial Nº 156-2016-VMPCIC-MC, de fecha 30 de noviembre del presente año, el Ministerio de Cultura. Resuelve en su Artículo 1.- “Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a las Ferias de Alasitas y Miniaturas del Altiplano de Puno, región Puno, como expresión de una religiosidad popular de raíces prehispánicas que ha sido adaptada a las circunstancias históricas, siguiendo la evolución de las necesidades y anhelos de la población en un constante proceso de transformación, siendo hoy en día de los rasgos característicos de la identidad cultural del pueblo peruano”. Con éste reconocimiento se instaura una nueva visión del Ekeko dentro del contexto nacional e internacional, aunque siempre habrá personajes nocivos quienes se opondrán a que éste ídolo bonachón, panzón y cargado de utensilios, enseres,… tenga un sitial en el contexto legal, puesto que para nosotros los andinos es una deidad de la abundancia.

El Ekeko es la fiel representación humanoide dentro de las ferias donde se ofrecen miniaturas o “alasitas”, para el poblador andino en determinadas fechas es importante comprar un carro, una casa, un hotel, una pala, pico, carretilla y cuanto desee para que el Dios de la abundancia (Ekeko) al bendecirlo cumpla con el deseo. Ésta feria es común en todo el altiplano, inclusive en la vecina república boliviana (Bolivia es creado por el escudero de Simón Bolívar luego de la independencia peruana, y parte del territorio de esa nación fue extensión territorial del Imperio Inca) por lo que es un reconocimiento a la cultura ancestral andina no existiendo una descripción fáctica real, más al contrario se pierde entre mitos, cuentos y leyendas. Al parecer los católicos hispanos trataron de satanizarlo, obligando a los nativos la negación a la reverencia o culto al Ekeko. Pero la fama del diosecillo andino continuo próspero hasta nuestros días.

Es importante reconocer a los representantes del patronato Capilla 3 de Mayo Bellavista, artesanos productores y comerciantes de ésta festividad, fueron los que iniciaron con ésta iniciativa, la feria de la alasita en la ciudad de Puno, no solo alberga a productores peruanos, sino que existen varias delegaciones de artesanos bolivianos que expenden sus productos sin restricción alguna. A ciencia cierta, ésta festividad de la miniaturas en honor al Ekeko es producto de un sincretismo entre los religioso católico fundamentalista, con las vivencias y creencias epistemológicas del poblador andino (cosmovisión andina), lo que resultó siendo un factor fundamental para el desarrollo de la industria de la miniatura, porque ahora es común ver ferias de las miniaturas (la mercadotecnia lo ha bautizado como la Feria de los Deseos) en casi las principales ciudades del ámbito nacional, por ello este reconocimiento es al desarrollo cultural del altiplano y su aporte para que los ciudadanos se aferren a sus propósitos y objetivos.

Fuente: Los Andes

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